Spray del Sueño de Lavanda
5 de julio de 2022Sales de baño Purify, Energize, Balance, Prevent, Detox
5 de julio de 2022La Música de la "BUENA BIDA"
La música es una de las formas de medicina preventiva más antiguas conocidas.
En chino, medicina es yao, que deriva de yue, que significa “música”. En cualquier caso, la conexión tiene sus raíces más allá del lenguaje. Los curanderos y chamanes utilizaban tambores y cantos para curar las enfermedades. Escucharla es una de las pocas actividades que implica el uso de todas las partes del cerebro. La música escuchada se guarda en áreas diferentes a la de los recuerdos. Es debido a ello, que pacientes con Alzheimer son capaces de recordar melodías del pasado.
El corazón modifica sus latidos para intentar imitar el ritmo de la música que siente, así es que, resérvale un lugar en tu Bida más allá del ocio y la diversión, pues si lo deseas, además de ayudar a desconectar, te puede ayudar a conectar, afinar y sanar.
El cuerpo escucha y siente la vibración. Cada órgano sensorial del cuerpo colecciona información como entrada de las vibraciones que recibe y cambia esa entrada a impulsos bioquímicos, los cuales envía al cerebro. Las ondas cerebrales son producidas por la sincronización de los pulsos eléctricos de diferentes grupos de neuronas comunicándose para definir los pensamientos, emociones y conductas.
Los pulsos binaurales o tonos binaurales, son ondas de sonido en ciertos niveles de frecuencia que viajan a través del cerebro. Estas pulsaciones ayudan en la sincronización de las ondas cerebrales en un patrón deseado, dependiendo de las frecuencias de los tonos que se presentan.
Las Ondas Gamma
Tienen el rango de frecuencia más alto, de 40 a 100 hertz, y están relacionadas con el aprendizaje, el proceso de información, la percepción sensorial y los ciclos de sueño REM.
Un exceso de estas ondas favorece un estado de estrés y ansiedad.
La deficiencia se relaciona con problemas de aprendizaje y depresión.
Las Ondas Beta
Tienen una frecuencia alta y una amplitud baja, van de 12 a 40 hertz, y las experimentamos con frecuencia mientras estamos despiertos. Suelen tener un efecto estimulante y se relacionan con los procesos de pensamiento consciente como el pensamiento lógico.
Un exceso de estas ondas puede llevar a un exceso de adrenalina que favorezca la ansiedad, el estrés.
La deficiencia, está relacionada con la depresión, la dificultad en el aprendizaje y soñar despiertos.
Las Ondas Alfa
Su frecuencia se sitúa entre los 8 y 12 hertz. Sirve como puente entre el pensamiento consciente y el subconsciente. Éstas, relacionan las ondas beta con las ondas theta, ayudándonos a recuperar la calma y relajarnos.
Un exceso de ondas alfa está vinculado con la relajación excesiva y los problemas de concentración. Por contra, la falta de ondas alfa se relaciona con insomnio y altos niveles de estrés.
Las Ondas Theta
Las ondas theta tienen un rango de frecuencia lento que va de 4 a 8 hertz. Se relacionan con la creatividad, la conexión emocional, la intuición y la relajación. Sin embargo, un exceso de ondas theta puede traducirse en susceptibilidad a la depresión, además de hacernos particularmente sensibles a la sugestión ya que es un estado de relajación profunda o de semihipnosis.
Por esta razón, las ondas theta se vinculan al sueño reparador y la carencia de las mismas se traduce en estrés, ansiedad, tensión y ausencia de empatía. Las ondas theta también están relacionadas con los estados de meditación profunda.
Las Ondas Delta
Son las ondas más lentas que conocemos, y su rango de frecuencia va de los 0 a los 4 hertz. Los bebés y los niños pequeños son los que emiten esta frecuencia, pues con el paso de los años, conforme envejecemos, tendemos a producir menos ondas delta, incluso durante la fase de sueño profundo. Las ondas delta tienen que ver con los niveles más profundos de relajación y restauración durante el sueño. Están involucradas con funciones del cuerpo como el ritmo cardíaco, la digestión y el sistema inmune. Un nivel anormal de ondas delta puede provocar dificultades de aprendizaje. Su ausencia, está vinculada con la incapacidad del cuerpo y el cerebro para restaurarse, debido a una deficiente calidad del sueño.
La energía del gong
Se le conoce como el maestro de los instrumentos y sonidos de creación como el ̈Big Bang por ser el instrumento capaz de crear el mayor número de armónicos y frecuencias tanto audibles como no audibles para el oído humano.
Mediante la entrega a estas frecuencias de sonido en un Baño de Gong en vivo se estimula la actividad celular del sistema nervioso, con innumerables e inmediatos efectos terapéuticos: relajación profunda, concentración, calma, recuperación de la energía, alivio de la ansiedad y el estrés.
Las vibraciones sonoras emitidas por el Gong actúan despejando los canales de transporte dentro de la célula, facilitando el movimiento de la energía a través de la membrana celular.
El Gong no se escucha con los oídos, se siente con su vibración.
Cuencos alquímicos
Están fabricados mediante un delicado proceso con los más puros cristales de cuarzo disponibles en la Tierra, con una finura que permite que el sonido resultante permanezca estable, sea más duradero, y llegue más lejos.
Los niveles y gamas de vibración se multiplican, obteniendo así, en cada cuenco, una amplia gama de tonos, sobretonos y armónicos. Estos cuencos son Maestros, herramientas para sanar, despertar la Memoria Grande y activar el florecimiento de las semillas cristalinas de la Humanidad.